¿Rapar a los niños cambia el grosor y largo del cabello?
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¿Te has dado cuenta que vivimos de mitos desde nuestros abuelos? ¡Hay tantos! Y son tan repetidos en nuestra población que terminamos creyendo ciegamente en ellos sin cuestionarnos la veracidad o lógica que éstos tengan: que el bolillo para el susto, que no comas aguacate si vas a hacer corajes o que rapes a los niños para que les crezca el cabello. Aquí te pongo unos excelentes ejemplos:
Mitos más frecuentes heredados de nuestros abuelos
1. La diabetes es causada por sustos o corajes: Excelente este mito para echarle en cara al cónyuge toda la vida que por su culpa tenemos una enfermedad horrenda, lo cual es completamente falso.
2. El bolillo pa’l susto: Desde la antigua creencia griega de los humores por el médico Hipócrates se ha mantenido la teoría de que el enojo o el susto generaban bilis que hacía daño, y ésta podía ser recogida por nada menos que por un poderoso pan. ¡Qué anacrónico!
3. Comer sandía en la noche o en una resaca te puede causar la muerte: Ésta es genial porque todo mundo repite el “me lo dijo un amigo que al cuñado de su primo le pasó”. Y resulta que después de una noche de copas el cuerpo está tan deshidratado, que nada le caería mejor que una sandía bien fresca para salir de la resaca. Y lo mejor es que la puedes comer en la noche sin peligro.
4. El aguacate y los corajes te llevan a la tumba: Dicen que cuando uno hace un coraje no debe comer aguacate, pues se corre el riesgo de muerte. Hay una pequeñísima parte cierta en este mito de antaño, y es que cuando te enojas la vesícula se contrae, lo mismo sucede cuando comes grasas (como el aguacate). Ahora imagínate que tienes unas bellísimas piedras en la vesícula, haces coraje y se contrae, seguido de esto comes grasas y se contrae más. Esto no te va a matar, pero el cólico vesicular que te va a dar es horrible.
5. Rapar a los niños cambia el grosor y largo del cabello: ¿a quién se le ocurrió esta fantástica idea? –por fantasiosa e ingenua quiero decir–. Ojalá fuera cierto, pero no lo es, y a continuación te explico por qué.
¿Por qué rapar a los niños no sirve para engrosar el cabello?
Recordando nuestro artículo sobre las fases de crecimiento del cabello, veíamos que al crecer el cabello va teniendo cambios importantes, y que es susceptible a factores como la alimentación, medicamentos y hormonas. Esto nos deja ver algo importante: el cabello cambia.
Cuando un bebé (menos de 1 año) sale al mundo, muchos de sus órganos siguen madurando y el cabello no es la excepción, pues incluso podemos notar cambios recurrentes en la forma, crecimiento y caída del mismo.
Cuando nosotros rapamos la cabeza del bebé vamos a notar perfectamente cómo se encuentra creciendo el cabello en ese momento, sin que sea encubierto por el cabello largo. Dicho de otra manera: el cabello en el bebé tiende a engrosarse de manera natural, independientemente de si se rapa o no. Si pudiéramos medirlo, notaríamos que, conforme va creciendo el cabello, la punta es más delgada que la raíz.
Lo cierto es que nada de lo que hagamos cambiará su apariencia futura. Las características del cabello de los pequeños están predeterminadas por la genética.
Ahora bien, si decides raparte hoy la cabeza siendo un hombre con calvicie, con mayor razón podemos asegurar que no tendrá ningún efecto sobre el largo o grosor del cabello.
¿Qué puedo hacer entonces ahora que sé que el rapar a los niños no sirve?
Pues muy simple: no intentes raparlos con la intención de cambiar las características de su cabello; insisto, no funciona. Mejor disfrútalos en cada momento de su crecimiento, asegúrate de que lleven una dieta balanceada y mantén la higiene de su cuero cabelludo. Pronto hablaremos sobre este punto. Mantente al pendiente de nuestro blog.
Ahora que si te proyectaste y buscas una solución para fortalecer tu cabello, te recomiendo ir con un profesional que valore tu problema de calvicie o caída de cabello.