Alimentación intuitiva: del cuerpo y las emociones al plato
Comer, además de ser una necesidad básica que debemos cubrir para estar saludables, también es una actividad que disfrutamos mucho y que nos da satisfacción.
Sin embargo, tanto hombres como mujeres, debido a los cánones sociales de lo que la belleza representa o cómo debería lucir, quizá nos hemos visto envueltos en una relación poco sana con la comida, etiquetando algunos alimentos como “malos”, otros como “buenos”, y estos estigmas y desinformación acerca de las necesidades de cada cuerpo nos llevan a tener una mala relación con la comida.
Existen muchos tipos de regímenes alimenticios que nos ayudan a llevar dietas más equilibradas y que cubran nuestras necesidades (que no son las mismas para todos), pero aun así algo pasa: o nos quedamos con hambre, o sentimos que nos están prohibiendo cosas… y la dicotomía está en el debo y en el quiero.
Aliméntate cuando quieras y ¿como quieras?
De entre las muchas opciones de regímenes alimenticios existe una que poco se ha difundido y que está entrando en una época de auge gracias a la diversificación de la información: la alimentación intuitiva está llegando cada vez a más sitios del mundo de la mano de nutriólogas y nutriólogos que desean dar más opciones a las personas que buscan aprender a alimentarse de forma saludable, pero no restrictiva.
Para hablar sobre el tema desde la voz de una experta, entrevistamos a Saide Mobarak, nutrióloga clínica egresada de la Escuela de Dietética y Nutrición del ISSSTE, especializada en veganismo y vegetarianismo, ahora en proceso de certificación en alimentación intuitiva.
“La alimentación intuitiva es un proceso completamente personal sobre el descubrimiento de nuestras señalizaciones internas en torno al hambre y saciedad. Es entender el lenguaje de nuestro cuerpo para conectar con la mente y nuestras elecciones de alimentos”.
Este tipo de alimentación está basada en la autoobservación y escucha de nuestro cuerpo y organismo, pero también se observan las emociones y los alimentos que están relacionados entre sí. Por ejemplo, si después de un día largo de trabajo y ejercicio quieres acostarte a ver una serie y decides preparar botanas porque así se completa la experiencia, es probable que éstas las asocies a merecer un descanso, a un premio por la larga jornada, lo cual no está mal, pero ¿después de acabarlas te sientes bien o culpable? ¿Comes una porción que te deja satisfecho o que te deja lleno?
¿Qué tan difícil puede ser?
Para comenzar con este tipo de procesos “lo más importante es, primero, reconocer el lenguaje de nuestro cuerpo, las señalizaciones internas de hambre y saciedad, de ahí en adelante se pueden trabajar pilares importantes como los 10 principios de la alimentación intuitiva. Cada principio es un punto a trabajar en forma de terapia e introspección”, nos explicó Saide.
Al ser organismos completos y complejos, sería muy inocente creer que estamos exentos de esta relación entre la comida y nuestras emociones. La mayoría de quienes hemos llevado procesos de nutrición con expertos, después de algún tiempo ya sabemos contar porciones, intercambiar equivalentes y hasta armar menús en las salidas, pero la alimentación intuitiva nos abre un espacio distinto al autoconocimiento y nuestra relación con los alimentos: “En este régimen de alimentación no se utiliza conteo de porciones o cálculo de macronutrientes. Funciona como una terapia en torno a nuestros comportamientos en relación a nuestra alimentación”, señala.
Es importante recordar que, como todos los procesos relacionados con tu salud, debes llevar a cabo este tipo de alimentación de la mano de un profesional capacitado, pues como lo indica Mobarak, se puede caer en la malinterpretación de comer lo que uno quiere, cuando quiere y sin medida, y eso no sería realmente escuchar al cuerpo. Además que estar acompañado por expertos te facilita el proceso de trabajar las emociones que intervienen en nuestras elecciones de alimentos.
Aunque la mayoría de quienes están en el estudio y práctica de la alimentación intuitiva son profesionales estadounidenses, de quienes destaca Evelyn Tribole, su crecimiento mundial va al alza, y los efectos positivos son evidentes. De hecho, podrían presentarse impactos favorables en el cabello: “Cuando escuchamos realmente las necesidades del cuerpo y mejoramos las decisiones en torno a la alimentación, nutrimos al cuerpo de manera consciente y correcta, por ende se nota en todos los aspectos de nuestro cuerpo y uno de ellos es un cabello fuerte, brillante y humectado”, concluye Saide.
Recordemos que el equilibrio es fundamental para mantenernos sanos por dentro y por fuera, y que la alimentación adecuada es una pieza clave para estar saludables.
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Agradecemos el tiempo y atención de la nutrióloga clínica Saide Mobarak, quien se ha dedicado a apoyar por medio de consultas privadas y retos grupales a sus pacientes para llegar a sus metas y mejorar su relación con los alimentos, así como impartiendo talleres de cocina y pláticas grupales para mejorar sus elecciones en torno a su alimentación.