La deconstrucción del cuerpo masculino en el arte
Durante años el arte estuvo fuertemente relacionado por un elemento práctico, ya fuera para representar a una deidad, un pasaje religioso, un personaje heroico o un hecho histórico.
En el pasado la figura masculina incluso llegó a ser el símil de la belleza, pero con la tendencia a desligarse de la tradición se comenzó a relacionar la perfección con el cuerpo femenino y eventualmente las vanguardias centraron su atención en los sentimientos profundos del ser humano y dejaron en el pasado los aspectos visuales que dominaron antes.
A pesar de que el arte se alejó de las representaciones figurativas, existieron diversos artistas que adaptaron su estilo al cuerpo masculino, combatiendo la tendencia clásica de pintar o esculpir la realidad tal y como la veían. En este sentido Fernand Léger en Soldiers Playing Cards tomó a las terribles historias de las trincheras en la Primera Guerra Mundial para convertir a los soldados en cuerpos con mayor parecido a máquinas, y Ferdinand Hodler por su parte, en Youth Admired by Women, decidió simbolizar la unidad del hombre con una figura andrógina con dos flores en cada mano en una representación modernista.
A esta tendencia se le sumaron artistas como Henri Rousseau, Auguste Rodin, Vladimir Tatlin, Picasso, Salvador Dalí y en México José Clemente Orozco, quienes en varias ocasiones utilizaron a la figura masculina como un medio de representación para evocar a un sentimiento mayor, en lugar de encontrar en la masculinidad un fin último.
Redefiniendo la masculinidad
En el arte la figura masculina casi siempre estuvo relacionada con la fuerza y el poder, en contraste con los aspectos femeninos que eran plasmados de una manera pasiva. Con el fin de combatir esta construcción de la masculinidad, diversos artistas comenzaron a reimaginar la idea del hombre, combatiendo directamente el ideal clásico que por años dominó al arte.
La artista estadounidense Sylvia Sleigh en la década de los setenta se colocó a la vanguardia de este movimiento al pintar a hombres en posturas que tradicionalmente estaban reservadas para mujeres en el arte. Adicionalmente, reinterpretó clásicos del arte con el fin de colocar a cuerpos masculinos en los lugares que ocuparon figuras femeninas, como en su obra Philip Golub Reclining, la cual evocó a la Venus del espejo de Velázquez, o The Turkish Bath, en la que colocó los cuerpos desnudos que artistas y críticos de arte como lo realizó Jean-Auguste-Dominique Ingres en su controversial pintura del mismo título.
Los cuerpos que pintó Sylvia Sleigh, además de estar en posturas que en el arte se habían reservado para las mujeres, mostraron cuerpos naturales, sin la musculatura exagerada ni las características andróginas que dominaron en la antigüedad, se trató de hombres con marcas de bronceado, vellosidad en el pecho, piernas y espalda, además de múltiples ejemplos de los diferentes tipos de cuerpo.
De esta manera, su arte feminista no sólo invirtió los roles que históricamente se habían plasmado en el arte, también abrió la puerta a nuevas figuras masculinas, que se alejaban del cuerpo ideal imaginado en los héroes griegos o romanos.
El arte de Sylvia Sleigh no fue único, por primera vez las mujeres se colocaron a la vanguardia de un gremio que por siglos estuvo dominado por los hombres y buscaron reimaginar la masculinidad que sólo se había visto en conceptos de poder o de heroísmo.
De esta manera, artistas como Sophie Calle, Julika Rudelius, Tracey Emin, Susan Silas, hicieron uso de la pintura, la escultura, cine, la fotografía y el performance para mostrar el cuerpo del hombre de manera erótica, pero al mismo tiempo mostrar la individualidad, la imperfección y la vulnerabilidad de cada sujeto.
El arte se independizó de los patronazgos y no sólo las artistas feministas comenzaron a reinterpretar el cuerpo del hombre, muchos de ellos también comenzaron a abordar aspectos de la masculinidad que habían sido ignorados por completo.
Probablemente uno de los mejores ejemplos es Robert Mapplethorpe, fotógrafo estadounidense que en su carrera retrató a figuras como Andy Warhol, Peter Gabriel, Richard Gere, Cindy Sherman, Patti Smith e Iggy Pop, pero fue con su X Portfolio, en el que retrató imágenes de sadomasoquismo y con The Black Book, enfocado en desnudo de hombres negros, exhibiciones que dieron pie a múltiples controversias por su contenido explícito.
Al final, la figura masculina en el arte con la pluralidad de artistas dejó atrás los ideales clásicos para ver al hombre de una forma más real: lejos de mitos buscando abarcar la variedad de sentimientos, actitudes y cuerpos que forman parte de la masculinidad.
2 comentarios en “La deconstrucción del cuerpo masculino en el arte”
Rodrigo Rivero Lake 23 septiembre, 2020 en 9:02 pm
El cuerpo del hombre desde la época clásicas, es el representante del
ResponderPoder masculino de los Dioses. Un Zeus, que gobernaba el mundo desde las tierras del Olimpo hasta Poseidon que mandaba el movimientos de los mares, más todas la fuerza de estos dioses era controlada, provocada por la pasión de poseer una mujer como el conocido caso de Leda.
Todas las religiones son generalmente representadas por el poder de un cuerpo masculino, respaldado por la ternura de la mujer como intercesora!
Los cortes y la largura del pelo van de acorde al papel que el hombre debe de llevar en la actuación de su vida, significando con ello la fuerza de su importancia representativa
Durante las grandes monarquías el tamaño y volumen del pelo fuera natural o postizo significó poder, estatus, respeto e inclusive espiritualidad .
Asi en nuestra modernidad el pelo es un factor importante del momento de vida !! Y es un regalo de ella el poder disponer de el a voluntad !!
Gracias Kaloni, eres no solo un regalo de la tecnología como de la identidad de una mente sana en un cuerpo siempre demandante
Kaloni 8 octubre, 2020 en 12:24 pm
Estimado Rodrigo, es un placer leerte también por acá. Nos parece sumamente enriquecedora tu aportación para comprender la esencia y el significado cultural de la figura masculina a través de la historia. Como coleccionista, conocedor y estudioso de las múltiples representaciones divinas y terrenales, nos es muy grato recibir tus comentarios, y nos encantaría también que nos compartieras tu experiencia con Kaloni, y cómo consideras que esto se vierte en el significado actual de la masculinidad. Esperamos leerte de nuevo muy pronto.
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